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Rouge et Blanc, ou le Fil d'Ariane d'un voyageur naturaliste

Interview du colonel Mohamed Ali Seineldin, officier argentin lors du piège de la guerre des Malouines

28 Octobre 2008 , Rédigé par Pierre-Olivier Combelles

http://lasantaalianza.blogspot.com/2007/06/entrevista-mohamed-ali-seineldin.html :

Rescato esta entrevista que publicó el diario sensacionalista de Pedro Jeta el Exuperanciano " El Mundo "; donde a mi parecer, aunque ya haya pasado algún tiempo, expone aspectos muy interesantes de lo que fue la sufrida Guerra de las Malvinas. ( La entrevista apareció el pasado lunes 2 de Abril del 2007 )

MOHAMED ALI SEINELDIN / Jefe militar argentino en la Guerra de las Malvinas





El Coronel Seineldin habla por primera vez con la prensa escrita de la guerra entre Argentina y Gran Bretaña. Fue un conflicto improvisado, una operación política que a medio camino hubo que enfocar hacia lo bélico. Según el militar, Washington alentó un ataque de Buenos Aires porque estaba interesado en independizar las islas y convertilas en Estado autónomo.



" EEUU indujo a Argentina a atacar. Fue una trampa "


JUAN IGNACIO IRIGARAY. Especial para EL MUNDO


BUENOS AIRES.- Mezcla de cruzado y falangista, el coronel Mohamed Ali Seineldin encarna al prototipo de militar católico y nacionalista de Argentina. Pero a diferencia de la mayoría de sus pares no fue denunciado por corrupción ni asesinato de opositores y torturas durante la dictadura, de 1976 a 1983.


En la guerra que Argentina y Gran Bretaña entablaron en 1982 por la posesión de las islas Malvinas o Falkland, comandó el regimiento de Infantería 25 que peleó duro y asestó bajas a los británicos. Los soldados veteranos aún hoy veneran al anciano coronel, porque recuerdan que los acompañó en las trincheras.


Destituido del Ejército en los 80 por liderar cuartelazos de los ultras carapintadas - por lo cual purgó 12 años de prisión -, Seineldin está retirado de la vida pública y a sus 73 años se dedica, sobre todo, a ejercer de abuelo.


En esta entrevista exclusiva concedida a EL MUNDO, por primera vez habla con la prensa escrita española de lo que vivió durante aquella guerra.


Pregunta.- ¿ Por qué dieron el salto de ocupar las islas ?

Respuesta.- En 1977 yo me presenté en el Estado Mayor del Ejército para preparar la hipótesis de guerra Malvinas. Mi jefe la rechazó y me dijo: " No podemos ir contra Gran Bretaña, contra Estados Unidos ". Me trató como si estuviera borracho. Sin embargo, cinco años después sucedió la recuperación. Entonces, hay que concluir que en lo de Malvinas actuó la Providencia, yo creo en la Providencia.


P.- ¿ No hubo una planificación estratégica ?

R.- La operación no estaba preparada, fue improvisada. Era una operación más política que militar. Hay guerras que se preparan durante 20 años pero ésta se montó en 2 meses. Iba a ser el 24 de mayo, así el 25 de mayo ( fecha de la independencia de España ) festejábamos una nueva independencia, esta vez de Inglaterra. Pero los ingleses se alertaron y hubo que adelantarla al 2 de abril.


P.- ¿ Los militares argentinos estaban preparados ?

R.- Las instrucciones que recibí eran ocupar las islas y evitar muertes de ingleses, porque las diferencias se iban a arreglar en los foros internacionales. Nuestros jefes pensaban que esas islas a Gran Bretaña le daban pérdidas económicas. Y que Londres iba a terminar aceptando la presencia argentina. Sin embargo fue al revés. En el medio del camino hubo que cambiar de una operación política a una militar.


P.- ¿ Qué papel cumplió Estados Unidos, que tenía excelentes relaciones con la dictadura argentina ?

R.- Hubo un acuerdo del Gobierno militar con alguien de los Estados Unidos, que indujo a Argentina a atacar pero nunca vamos a saber quién fue. Igual le pasó a Saddam Hussein cuando invadió Kuwait. Existió una trampa que preparó el imperio angloamericano, Estados Unidos e Inglaterra. No se olvide que para los estadounidenses la reina de Inglaterra es el papa. Nunca los americanos renunciaron a ese papado. Ellos esaban por independizar las islas - aún hoy lo quieren hacer - y considerarlas un Estado autónomo. A partir de ese momento Argentina nunca recuperaría las islas.


P.- ¿ Cómo entró en combates su regimiento ?

R.- Desembarcamos y hubo algunas escaramuzas. Luego parte de mi regimiento - eran 1.000 hombres - enfrentó en Darwin el desembarco de los ingleses. Yo estaba lejos, a muchos kilómetros. Mis soldados causaron muchas bajas a los ingleses. Por ejemplo, liquidaron al jefe de los paracaidistas y derribaron helicópteros. Y luego sufrimos muchos heridos, estábamos muy dispersos.


P.- ¿ Cuántos de sus soldados murieron en total ?

R.
- Doce hombres que pelearon duro. Y hubo 35 heridos. El 90% de mis hombres atropelló a la bala, o sea que la bala no los atropelló a ellos, y pelearon heroicamente. El único regimiento con soldados de apenas 18 años era el nuestro. El uniforme les quedaba grande, pero pelearon como leones. Los ingleses creían que eran fuerzas especiales y como sufrieron muchas bajas se replegaron.


P.- ¿ Por qué Argentina perdió la guerra ?

R.- Perdimos una batalla. La guerra se sigue desarrollando. Esa batalla se perdió porque no hubo planificación. La primera fase, de recuperación, fue exitosa. La segunda, de defensa, falló porque de entrada nos bloquearon el abastecimiento, con aviones satelitales, submarinos atómicos, etc. Quedamos encerrados y no pudimos defenderlas.


P.- ¿ Cómo sobrevive un jefe militar a la derrota ?

R.- Una derrota es lo peor que le puede suceder a un soldado. Es una marca tremenda en el corazón. Yo siempre digo que preferiría haber muerto en las Malvinas a no volver a casa derrotados. Pero las muertes heroicas son privilegio de las buenas personas. Se ve que no soy buena persona porque no me lo otorgaron ( Se ríe ). Morir en combate, morir por una causa noble, es una santificación
.

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Testament de Saint Louis

7 Octobre 2008 , Rédigé par Pierre-Olivier Combelles Publié dans #France

 

Beau Fils, la première chose que je t’enseigne est que tu mettes tout ton cœur à aimer Dieu. Car sans cela nul ne peut se sauver.

Garde-toi de faire chose qui à Dieu déplaise, c’est-à-dire mortel péché. Tu devrais même souffrir toutes manières de tourment plutôt que de pécher mortellement.

Si Dieu t’envoie adversité, souffre-la en bonne grâce et en bonne patience, et rends-Lui en grâce et pense que tu l’as bien desservi et qu’il tournera tout à ton profit.

S’il te donne prospérité, L’en remercie humblement, en sorte que tu n’en sois pas pire ou par orgueil ou par autre manière, de ce dont tu dois mieux valoir. Car l’on ne doit pas Dieu de ses dons guerroyer.

Confesse-toi souvent, et élis confesseurs prud’hommes qui te sachent enseigner ce que tu dois faire et de quoi tu dois te garder…

Le service de Sainte Eglise écoute dévotement sans bourder et rire, regarder çà et là ; mais prie Dieu de bouche et de cœur en pensant à Lui dévotement et spécialement à la Messe à l’heure que la Consécration est faite.

Le cœur aie doux et pitoyable aux pauvres et à ceux qui souffrent de cœur et de corps, et les conforte et leur aide selon ce que tu pourras.

Maintiens les bonnes coutumes du royaume et les mauvaises abaisse.

Ne convoite pas sur ton peuple, ne le charge pas d'impôts ni de taille, et si ce n’est par trop grand besoin.

Si tu as quelque affliction de cœur, dis-la aussitôt à ton confesseur ou à quelque prud’homme. Ainsi tu la porteras plus légèrement.

Gardes que tu aies en ta compagnie tous prud’hommes, soit religieux, soit séculiers ; aie souvent parlement avec eux et fuis la compagnie des mauvais.

Et écoute volontiers les semons ou publics ou privés ; et recherche volontiers prières et pardons.

Aime tout bien et hais tout mal en quoi que ce soit.

Nul ne soit si hardi qu’il dise devant toi parole qui attire ou pousse à pécher, ou qu’il médise par détraction.

Ne souffre que l’on dise devant toi nulle vilenie de Dieu ni de ses saints, que tu n’en fasses tantôt vengeance.

Rends souvent grâces à Dieu de tous les biens qu’Il t’a faits, afin que tu sois digne d’en plus avoir.

Pour justice et droiture garder, sois raide et loyal envers tes sujets, sans tourner ni à droite ni à gauche, mais toujours droit.

Et si un pauvre a querelle contre un riche, soutiens le pauvre plus que le riche jusques à temps que la vérité soit éclaircie.

Si quelqu’un a querelle contre toi, sois toujours pour lui et contre toi jusque l’on sache la vérité. Car ainsi jugeront les conseillers plus hardiment selon droiture et selon vérité.

Si tu retiens rien d’autrui, ou par toi ou par tes devanciers, si c’est chose certaine, rends sans tarder. Si c’est chose douteuse, fais enquérir par sages hommes en hâte et diligemment.

À cela tu dois mettre toute ton attention que tes gens et tes sujets vivent en paix et en droiture sous toi, mêmement les bonnes villes et les bonnes cités de ton royaume ; et les garde en l’état et en la franchise où tes devanciers les ont gardées. Et s’il y a choses à amender, amende-les et les redresse, et les tiens en faveur et amour.

Car par la force et la richesse de tes bonnes villes, les particuliers et étrangers redouteront de se mal conduire envers toi, spécialement les pairs et les barons. Il me souvient de Paris et des bonnes villes de mon royaume, qui m’aidèrent contre les barons quand je fus nouvellement couronné.

Honore et aime particulièrement les religieux et toutes personnes de sainte Eglise.

L’on raconte du roi Philippe, mon aïeul, qu’une fois un de ses conseillers lui dit que la sainte Eglise lui faisait grands torts et forfaits, en ce que les clercs lui ôtaient de son droit et empiétaient sur sa justice ; que c’était grande merveille qu’il le souffrît. Et le bon roi répondit qu’il le croyait bien. Mais quand il regardait les bontés et les courtoisies que Dieu lui avaient faites, il aimait mieux laisser son droit aller que susciter contestation ou scandale à la Sainte Eglise.

À ton père et à ta mère tu dois honneur et révérence porter, et garder leurs commandements.

Aime tes frères et veuille toujours leur bien et leur avancement, et tiens leur lieu de père pour les enseigner sur tout bien. Garde-toi que, par amour pour eux, tu te détournes de faire droit et que tu ne fasses à autrui chose que tu ne dois.

Donne les bénéfices de sainte Eglise à personnes bonnes et dignes, et sur le conseil de prud’hommes. Et donne à ceux qui n’ont rien de sainte Eglise.

Garde-toi d’exciter guerre sans très grande délibération et surtout contre tout homme chrétien. S’il faut la faire, garde sainte Eglise et ceux qui n’ont en rien méfait, de tout dommage.

Apaise au plus tôt que tu pourras guerres et conflits soit tiens, soit de tes sujets comme Saint Martin faisait ; car, au temps que par Notre Seigneur il savait qu’il devait mourir, il alla pour mettre la paix entre les clercs de son archevêché ; et lui fut avis que, ce faisant, il faisait bonne fin.

Sois diligent d’avoir bons prévôts et bons baillis et enquiers souvent d’eux et de ceux de ta maison, comme ils se conduisent.

Cher Fils, je t’enseigne que tu sois toujours dévot à l’Eglise de Rome et au souverain pontife, notre père, et que tu lui portes révérence et honneur comme tu dois à ton père spirituel. Travaille-toi à empêcher tout péché et principalement vilain sermon et fais détruire les hérésies suivant ton pouvoir.

Encore je te requiers que tu reconnaisses les bienfaits de Notre-Seigneur et que tu lui rendes grâces et merci.

Prends garde que les dépenses de ton hôtel soient raisonnables et mesurées.

Enfin, doux fils, je te conjure et requiers que, si je meurs avant toi, tu fasses secourir mon âme en messes et oraisons, par tout le royaume de France, et que tu m’accordes une part spéciale et plénière dans tout le bien que tu feras.

En dernier, cher fils, je te donne toutes bénédictions que bon père et pieux peut donner à son fils, et que benoîte Trinité et tous les saints te gardent et te défendent de tout mal ; et que Dieu te donne sa grâce de faire sa volonté toujours, de sorte qu’il soit honoré par toi.

Et que nous puissions après cette mortelle vie être ensemble avec Lui et Le louer sans fin.

Amen.

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