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Le Fil d'Ariane d'un voyageur naturaliste
Articles récents

Bashô Matsuo (1644-1694): Journaux de voyage

13 Décembre 2007 , Rédigé par Pierre-Olivier Combelles Publié dans #Lettres


Partant pour un voyage de mille lieues, sans m'embarrasser de provisions de route, "sous la lune de la troisième veille dans l'inquestionable suis entré", pouvait dire cet Ancien: sur sa canne m'appuyant, en l'ère Jôkyô, l'an de l'Aîné de l'Arbre et du Rat [1864], à la huitième lune d'automne, lorsque je quittai mon logis délabré près de la rivière, il soufflait un vent frisquet.


Dussent blanchir mes os
jusques en mon coeur le vent
pénètre mon corps

Après dix automnes
le nom de patrie désigne
Edo désormais


Le jour que je franchis la barrière, la pluis tombait et les montagnes disparaissaient toutes dans les nuages.


Brouillard et bruine
dissimulent le Fuji
charme de ce jour

(...)


Bashô - Journaux de voyage. Présentés et traduits du japonais par René Sieffert. Publications orientalistes de France, Paris, 1988.
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Jeanne d'Arc, choisie par Dieu comme Marie

13 Décembre 2007 , Rédigé par Pierre-Olivier Combelles Publié dans #France

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"Quand j'avais treize ans, j'eus une voix venant de Dieu pour m'aider à me gouverner. La première fois, j'eus très peur. La voix vint à l'heure de midi, dans le jardin de mon père. La première fois, il y eut de la lumière. La voix m'a toujours bien gardée et moi je l'ai toujours bien comprise.
Saint Michel, quand il est venu à moi, m'a dit que sainte Catherine et sainte Marguerite viendraient à moi et que j'agisse par leur conseil."

Extrait du procès de Jeanne d'Arc

 

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Correspondance entre Alcide d'Orbigny et le Maréchal Andrés de Santa Cruz

11 Décembre 2007 , Rédigé par Pierre-Olivier Combelles Publié dans #Exploration

  
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Lettre du Président Santa Cruz à d’Orbigny



Señor: Alcides d’Orbigny 
 
Cochabamba, junio, 10 de 1830  
Muy señor mio, 
 
He tenido el gusto de recibir la apreciable carta de Ud. De 30 de mayo y las recomendaciones que Ud. me incluye de personas a quienes deseo complacer. Ya había sabido yo por mis amigos, que Ud. se dirigía a Bolivia, y lo deseaba ciertamente, porque teniendo una positiva estimación por los hombres de genio, me era agradable poder concurrir a que los viajes de que Ud. está encargado tengan un buen resultado, y hagan conocer las producciones de este país, que hasta ahora ha sido ignorado en el mundo.
La más grande recomendación con que Ud. se presenta cerca de mí, es la de estar encargado de objetos tan útiles al comercio y a las artes, por lo que yo estoy demasiado dispuesto a emplear todo el influjo del gobierno a favor de sus trabajos, y en este mismo correo hago mis prevenciones al Prefecto de ese Departamento, pero sería bien que se dirigiese Ud. formalmente al ministerio solicitando la concurrencia del gobierno. Entonces se podrán tomar algunas medidas en obsequio de su comodidad y se le hará acompañar con un oficial del ejército, y un par de jóvenes del país para que le hagan sociedad en las soledades adonde se dirige. Si a más de esto necesita Ud. algunos auxilios pecuniarios o de otro género para concluir su empresa, puede Ud. indicármelo seguro de que el gobierno de Bolivia tiene la mejor disposición para prestarse a tan útiles objetos.
Este país posee grandes riquezas, principalmente en los reinos mineral y vegetal, y los descubrimientos que se hagan pueden dar un impulso rápido a la industria. Por el viaje que Ud. acabo de hacer, y por los demás informes que he recibido, los puntos más a propósito son las provincias de Caupolicán y Yungas, y las de los Moxos en Santa Cruz, y en fín toda la montaña colocada al pie de los Andes. Allí encontrará Ud. la naturaleza salvaje en toda su fecundidad y un excelente teatro.
Por lo demás yo doy a Ud. las gracias por los cumplimientos que me dirige y quiero aprovechar esta ocasión para ofrecerle las particularidades consideraciones con que soy su afectísimo y atento servidor.  
Andrés de Santa Cruz
Presidente de Bolivia
  


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Lettre de d’Orbigny au Président Santa Cruz
 


Excmo. Señor Presidente de la República de Bolivia en Chuquisaca 
 
La Paz, junio 19 de 1830 
 
Excelentísimo Señor Presidente 
 
Acabo de tener el honor de recibir la carta de vuestra Excelencia, con fecha del 10 del corriente, y me apresuro de contestar a su contenido.
Mis intenciones son de andar por toda la República de Bolivia, siguiendo mis observaciones y sobre todo lo que pertenece a las ciencias naturales y a sus aplicaciones: también a la geografía, quedándome en el país el número de años necesarios, para llevar a cabo esta gran empresa. El interés no ha sido nunca mi guía y el amor solo de los descubrimientos y de las ciencias han sido el motivo que me ha determinado a dejar mi país y a mis amigos por ir a ultramar a ser útil a mi patria, ahora considero a la República Boliviana mi patria adoptiva y estoy dispuesto a hacer lo posible para ser útil a este país; al mismo tiempo por darle una mejor prueba de desinterés, no quiero ser gravoso, por eso, Señor Presidente. De mi parte no quiero ningún sueldo, quedando contento si por recompensa puedo merecer su aprecio y el de los bolivianos.
Como le he dicho al Cónsul general de Francia estoy dispuesto, apoyado por mi gobierno, a reunir una colección completa de Bolivia, clasificando todo según los sistemas más modernos, dando las notas necesarias de modo que los que quiesesen instruirse en las Ciencias Naturales tendrán todo lo posible para eso. Siguiendo mi viaje, tomo el empeño de hacer conocer al Gobierno todo lo que pueda servir al país sobre los diversos ramos.
La oferta que Vuestra Excelencia me hace de darme dos jóvenes para acompañarme, es muy necesaria para el país, porque tendré mucho gusto de instruirlos en todo, de modo que cuando tenga que irme de Bolivia, ellos puedan reemplazarme y acabar de completar las colecciones del país, y hacer observaciones. Además, los pondría más tarde en correspondencia con los sabios de la Europa y entonces la República de Bolivia se encontraría de toda la América del Sur, la más unida con Francia y así podría adelantar lo más pronto en los nuevos descubrimientos científicos.
Por el oficial que Vuestra Excelencia me propone, creo que sería demás el distraer un hombre útil a la República, no tengo necesidad de escolta, tengo conmigo dos franceses, un preparador y un dibujante, que con los jóvenes que el gobierno me diera, compondrán una escolta y una compañía agradable.
Por no despreciar a las ofertas amables de Vuestra Excelencia y para tener más facilidad de hacer mi viaje de un modo seguro, quisiera solamente que el gobierno tomase el cargo de franquearme los animales de montar y de carga para mis ayudantes y mi equipaje, como también los indios necesarios para conducir las cargas y que también el gobierno se haga cargo de pagar a mis empleados que van a ocuparse de formar la colección que debe quedarse en Bolivia; para mí lo repito, Señor Presidente, no quiero nada de sueldo, teniendo bastante con el pago a mis empleados (30 $ por mes).
Hágame el favor, Señor Presidente, de mirar esta carta como oficial, de presentarla a los señores Ministros y de considerar su contenido comp. Compromiso formal que tomo con la República de serle útil en todo lo que pudiera hacer y que desde este momento recibo sus órdenes como uno de sus ciudadanos.
El viaje que trato de hacer después de recibir repuesta a esta carta, es de los Yungas, a Cochabamba, y después seguir mis investigaciones en las provincias de Moxos y Chiquitos hasta la frontera de los brasileros y después dirigirme al lado de Apolobamba. Si Vuestra Excelencia quiere hacer el favor de dar su aprobación a este itinerario, saldré después de recibir sus órdenes, en caso contrario, me haga la gracia de indicarme lo que parezca más a propósito.
Si Vuestra Excelencia no ha escogido todavía los jóvenes que deben acompañarme, creo que he encontrado en uno de los recomendados de la Paz, Sr. Juan Sánchez, disposiciones extraordinarias para todo y un deseo grande de instruirse; eso lo hace muy proprio a una misión como esta, además que este joven habla perfectamente el aimara y el quechua y por este motivo puede serme muy útil.
Si Vuestra Excelencia encuentra bien las propuestas que hago en esta carta y si el viaje que trato de hacer le parece provechoso, Ud. me hará el favor de mandar una recomendación general para las autoridades o un título para no ser considerado, en el interior, como un aventurero. 
Tengo el honor de ser, con el mayor respeto,
 
Su más respetuoso servidor
 
Q.S.M.B.
 
 
Alcides d’Orbigny 
 
Source: Voyages de d’Orbigny, Ambassade de France en Bolivie, ed.
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Ombres et lumières de la coopération franco-andine

11 Décembre 2007 , Rédigé par Pierre-Olivier Combelles Publié dans #Pérou

Ombres et lumières de la coopération franco-andine

par Pierre-Olivier Combelles

 
Naturaliste, chercheur indépendant, Pierre-Olivier Combelles fait part de sa déception devant la médiocrité de la politique scientifique française dans les pays andins. Rappelant les beaux exemples d'Alcide d'Orbigny et, moins connu, du médecin Jehan-Albert Vellard, il dénonce également les abus des "scientifiques-businessmen" qui ont fait de la coopération leur "fromage".
 
La France est l’une des rares puissances occidentales qui ait observé une attitude "débonnaire" dans les pays andins (l’ancien Tahuantinsuyu ) depuis leur entrée dans la " globalité " en 1532 ; sa présence n’ayant été imposée ni par l’épée, ni par le dollar, sinon illustrée par la science (...)
L’origine de la relation "débonnaire" franco-andine remonte au début du XIX° siècle avec le grand naturaliste français Alcide Dessalines d’Orbigny, père de la micropaléontologie, spécialiste des Palmiers, qui parcourut l’Amérique du Sud de 1826 à 1834 et obtint en 1853 la chaire de Paléontologie du "Jardin des Plantes" de Paris. Pour la célébration nationale du bicentenaire de sa naissance, plusieurs manifestations ont été organisées en 2002 en France et en Bolivie, ainsi que la réédition de ses journaux de voyage. 
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Alcide d'Orbigny
 
 
Une lettre de d’Orbigny au Maréchal Andrés de Santa Cruz et sa réponse ont défini la relation éthique idéale entre un Etat et l’homme de science étranger sur son sol (c’est à dire invité). D’un côté, estime personnelle et confiance dans l’utilité de la science pour l’Etat; de l’autre côté, sérieux, civilité, respect des institutions et désir de mettre la connaissance et la technologie au service de la Nation qui l’accueille. Et des deux côtés; désir de servir l’alliance entre ses patries respectives. 


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Le Maréchal Andrés de Santa Cruz
L’attitude exemplaire de d’Orbigny fut également celle de Jehan-Albert Vellard, médecin, naturaliste et anthropologue français, qui fonda en 1948 l’Institut Français d’Etudes Andines (IFEA) puis l’Institut Bolivien de Biologie d’Altitude (IBBA) en 1963. Jehan-Albert Vellard mourut en 1996 à Buenos-Aires, où il avait été Directeur du Musée Ethnographique.  
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Portrait de Jehan Vellard. Museo de Historia natural, Lima (Pérou) 
Savant modèle, chercheur par vocation, architecte infatigable de la coopération entre la France et l’Amérique du Sud, Jehan Vellard est sans doute "une épine" pour les scientifiques bureaucrates si l’on considère la richesse de sa vie et de son œuvre ainsi que leur portée. C’est sans doute pour cette raison qu’il fut pratiquement oublié lors des manifestations organisées à Lima en 1998 pour le cinquantième anniversaire de la fondation de l’IFEA. 
Aussi, la commémoration du bicentenaire d’Alcide d’Orbigny risque d’être une arme à double tranchant pour la France, en mettant au grand jour la décadence de sa politique étrangère et l’évolution mercenaire de sa coopération dans les pays andins (…)
 
*Naturaliste, Correspondant en France du journal péruvien OLLANTA (http://www.ollanta-prensa.com). 

 (Cet article a été publié sur le site internet http://www.arborescience.com (Directeur : M. Olivier Postel-Limay) le vendredi 4 avril 2003. Il avait paru auparavant, en espagnol, dans le journal péruvien Ollanta (N°8, janvier 2002) sous le titre: "Cooperación y Ética: el ejemplo francés.")

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Jacques Rousseau, botaniste, ethnobotaniste et biogéographe québécois (1905-1970)

5 Décembre 2007 , Rédigé par Pierre-Olivier Combelles Publié dans #Exploration

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Jacques ROUSSEAU (1905-1970)


Né à Saint-Lambert, aux portes de Montréal, Jacques Rousseau fait ses études secondaires à divers endroits, dont au collège de Sainte-Anne-de-la-Pocatière, pour finalement obtenir un baccalauréat à Montréal en 1926. Entre-temps, il suit des cours du frère Marie-Victorin à partir de 1923, partcipe à ses explorations botaniques, devient son assistant et obtient une licence ès sciences en 1928. C'est alors que commence sa carrière de professeur de botanique à l'Université de Montréal.
Les années suivantes seront très actives. Jacques Rousseau prend des cours d'été dans plusieurs universités américaines et entreprend des explorations en Gaspésie, aux îles de la Madeleine, en Nouvelle-Écosse, puis en Arizona et en Floride. En 1934, il obtient son doctorat à l'Université de Montréal.
Sa carrière scientifique s'avère des plus fertiles. Outre l'enseignement, il poursuit des explorations botaniques dans le Nord jusqu'en Ungava au cours desquelles il prend quantité de notes géographiques et ethnologiques. Sa plume ne s'arrête pas et il publie beaucoup. Il est en outre secrétaire de l'ACFAS (1930-1946) et s'intéresse activement à la fondation du Jardin botanique de Montréal avec le frère Marie-Victorin: il en deviendra le sous-directeur en 1938 et le directeur de 1944 à 1957.
Infatigable, Jacques Rousseau, qui avait organisé les congrès annuels de l'ACFAS à partir de 1933 - événement remarquable dans le temps - prépare un congrès mondial de botanistes à Montréal en 1958. Il est à cette époque directeur du musée de l'Homme à Ottawa (1956-1959), puis enseigne à la Sorbonne (1959-1962) et terminera sa carrière au Centre d'études nordiques de l'Université Laval.
Systématicien des plantes du Québec, ethnobotaniste, biogéographe, Jacques Rousseau est demeuré toute sa vie un viel ami des géographes. Membre fondateur de la Société de géographie de Montréal (1939), où il a prononcé plusieurs conférences, professeur invité à l'Institut de géographie en 1958 et 1959, ses mérites ont souvent été reconnus par le monde scientifique. Notons que la Commission de géographie du Québec a donné son nom à un mont des Torngat (1 261 mètres) qu'il avait exploré en 1950. Sa contribution à la connaissance des populations amérindiennes restera sans aucun doute un précieux apport à la géographie humaine du Québec. 

(Faculté des Arts et des Sciences - Département de Géographie- Université de Montréal)

Le magnifique dossier consacré à Jacques Rousseau sur le site du Jardin botanique de Montréal: link


A TRAVERS L'UNGAVA

Film de l'expédition de Jacques Rousseau et d'une équipe de savants en 1949 à travers l'Ungava, au nord du Québec.
Visionnez-le sur le site de l'Office national du Film du Canada: link
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Gilbert Mandon, un pionnier français de l'exploration botanique en Bolivie au XIXe siècle

1 Décembre 2007 , Rédigé par Pierre-Olivier Combelles Publié dans #Exploration

Gilbert Mandon, de nationalité française, fut un pionnier de l'exploration botanique en Bolivie au XIXe siècle.
Administrateur d'une mine à Tipuani de 1848 à 1861, il réunit une collection de 1800 plantes de la région de Tipuani à Sorata (prov. Larecaja), aujourd'hui conservée au Grand Herbier du Muséum national d'histoire naturelle de Paris. Un arbuste de la famille des Malvacées aux belles fleurs mauves, Tarasa mandonii, que l'on rencontre sur les hauteurs de Sorata, porte son nom.

Bibliographie
 
Le jardin botanique Purani Churiquimbaya, par Pierre-Olivier Combelles. Le Courrier de la nature N°188 (novembre-décembre 2000).

Liens
http://fr.wikipedia.org/wiki/Gilbert_Mandon (articlé créé par Pierre-Olivier Combelles)



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Tarasa mandonii, une Malvacée arbustive des hauteurs du versant amazonien des Andes Boliviennes. Huichutpata, domaine Purani-Churiquimbaya, vers 3100 m d'altitude, 6 mai 2000. Photo: Pierre-Olivier Combelles. Tous droits réservés.

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Carl von Linné: Voyage en Laponie

27 Novembre 2007 , Rédigé par Pierre-Olivier Combelles Publié dans #Exploration, #Europe, #Sciences


"O ENS Entium miserere mei

 
Après avoir été, le 2 mai, choisi par la Société Royale des Sciences pour aller en Laponie et y décrire les trois Regna Naturae, je préparai mes affaires et m’habillai de la manière suivante. Les vêtements étaient donc un petit paletot en tissu de Västergötland, sans ourlets, à courts revers et col de velours ; des pantalons de cuir collants, une perruque à catogan, un bonnet à capuchon en fibre, des demi-bottes aux pieds. Dans un petit sac de cuir tanné long d’une demi-aune et un peu moins large, muni de boucles sur un côté pour le porter sur soi, il y avait une chemise, deux paires de manchettes, deux paletots de nuit, encrier, plumier, microscope, longue-vue, un chapeau avec voilette pour se protéger des moustiques ; ce procès verbal. Un tas de papier broché pour mettre des plantes, les deux in-folio, un peigne, mon Ornithologie, Flora Upplandica et Characteres generici. J’avais un couteau de chasse au côté et un petit fusil entre la cuisse et la selle ; une canne octogonale sur laquelle les mensurae étaient indiquées. Un portefeuille en poche avec le passeport de la chancellerie d’Uppsala et la recommandation de la Société.
Le 12. Avec ceci je quittai la ville d’Uppsala le 12 mai 1732."

Carl von Linné, Voyage en Laponie. Traduction de P.A. Gette. Café, Editions de la Différence, 1983. 
 
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Louis XIV: l'idée de vertu des princes

26 Novembre 2007 , Rédigé par Pierre-Olivier Combelles Publié dans #France, #Histoire

 
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Le grand roi Louis XIV soumis au Christ
Marbre sculpté par Coysevox au soir de sa vie
Choeur de Notre-Dame de Paris
(extrait de: Pierre du Colombier: Notre-Dame de Paris, mémorial de la France. Plon, Paris, 1966)



" Les Princes, en qui l’éclat de leur naissance et l’honnêteté de leur éducation ne produit d’ordinaire que des sentiments nobles et généreux, ne peuvent laisser tellement altérer ces bons principes qu’il n’en demeure toujours quelque impression dans leur esprit. Cette idée de vertu, quelque effacée qu’elle puisse être par la corruption du temps, donne pourtant toujours aux plus mauvais une espèce de répugnance pour le vice. Leurs cœurs, formés de bonne heure aux lois de l’honneur, s’en font une si forte habitude qu’ils ont peine de la corrompre entièrement, et le désir de la gloire qui les anime les a fait passer en beaucoup de choses par-dessus le penchant de leur intérêt ".


Louis XIV, Mémoires 

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Choeur de Notre-Dame de Paris
A gauche, Louis XIV par Coysevox. A droite, on devine la statue de Louis XIII. 
Derrière le maître-autel, la Pieta de Nicolas Coustou, mise en place en 1714-1715.
Pierre du Colombier: Notre-Dame de Paris, mémorial de la France
Plon, Paris, 1966

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La vocation du naturaliste-explorateur, par Alexandre de Humboldt

25 Novembre 2007 , Rédigé par Pierre-Olivier Combelles Publié dans #Exploration, #Sciences

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"Le désir que nous avons de contempler certains objets ne dépend pas seulement de leur grandeur, de leur beauté et de leur importance: il se rattache, dans chacun de nous, aux émotions fortuites de notre jeunesse, à nos premières préférences pour telle ou telle occupation, à l’impatience qui nous fait tendre vers les choses lointaines et rechercher les accidents d’une vie agitée. Ces désirs prennet d’ailleurs d’autant plus de force qu’il y a moins de chances de les voir jamais s’accomplir. Le voyageur jouit par avance du moment où la Croix du Sud et les Nuées de Magellan qui tournent autour du pôle Antarctique, où les neiges du Chimborazo et les colonnes de fumée qui s’échappent des volcans de Quito s’offriront pour la première fois à ses regards sur l’océan Pacifique, Les jours qui réalisent de tels voeux marquent dans la vie des époques dont le souvenir est ineffaçable; ils excitent en nous des sentiments dont la raison n’a pas à exprimer la vivacité. Dans l’impatience où j’étais d’embrasser l’océan Pacifique du haut de la chaîne des Andes entrait pour quelque chose l’intérêt avec lequel j’avais écouté, étant encore enfant, le récit de l’expédition accomplie par Vasco Núñez de Balboa, l’heureux aventurier qui, devançant Francisco Pizarro, et Francisco Pizarro, et le premier des Européens, put contempler des hauteurs de Quaregua, dans l’isthme de Panama, la partie orientale de la mer du Sud. Les rives couvertes des roseaux de la mer Caspienne, à l’endroit où je la vis pour la première fois, ne sont assurément pas pittoresques; et cependant cet aspect me causa d’abord un vif plaisir, parce que je me souvenais que dans mon enfance, lorsque je parcourais des yeux une carte de géographie, la forme de cette mer intérieure m’avait particulièrement attiré. Les sentiments éveillés en nous par les premières impressions de l’enfance et par les hasards qui naissent des relations de la vie deviennent souvent, lorsqu’ils prennent dans la suite une direction plus sérieuse, l’occasion de travaux scientifiques et d’expéditions lointaines." 
Alexandre de Humboldt

Relation historique du Voyage aux régions équinoxiales du Nouveau Continent, fait en 1799, 1800, 1801, 1802, 1803 et 1804 par A. de Humboldt et A. Bonpland, réd. Par A. de Humboldt, 3 vol. Paris, 1825.
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Concino Concini, alias Polichinelle

24 Novembre 2007 , Rédigé par Pierre-Olivier Combelles Publié dans #France, #Histoire


Dialogue entre Concino Concini, Maréchal d’Ancre, et François de Capestan. La scène se passe à Paris, à l’hôtel du maréchal d’Ancre, durant la minorité de Louis XIII.
 
- Monsieur de Capestan, je ne sais que peu de choses sur vous, sinon que vous êtes courageux et que vous vous battez bien. Vous êtes de bonne mais de petite noblesse. Devenez mon ami et je ferai de vous l’un des plus grands seigneurs du royaume.
- Qu’attendez-vous de moi, Monsieur le maréchal ?
- Peu de choses, à vrai dire, peu de choses pour le moment. Promenez-vous dans Paris, dites du mal de moi et vous aurez bientôt de nombreux amis. Vous serez sans doute admis très vite au sein de la conjuration.
- Vous voulez que je conspire contre vous ?
- (rire) Ne faites pas semblant de ne pas comprendre. C’est par vous que je serai renseigné sur mes ennemis ; c’est grâce à vous que je mettrai au pas cette noblesse orgueilleuse et chimérique. Vous voyez, c’est simple.
- C’est simple, en effet. Vous m’avez dit, Monsieur le maréchal, que j’étais de petite mais de bonne noblesse. Bonne : en effet. Car si humbles soient mes origines, je ne crois pas qu’un seul de mes ancêtres aurait accepté de devenir un espion ; et me faire une telle proposition, c’est insulter un Capestan.
- Capestan.. c’est " Capitan " qu’il faudrait dire, le Capitan de la comédie italienne dont le sabre est de bois et qui a besoin qu’on lui tire les oreilles ! je vous propose votre grâce et vous me répondez avec insolence ! Laissez-moi rire, monsieur le Capitan !
- Capitan ! Eh bien soit, je ramasse Capitan et ce nom dérisoire, je l’adopte, car il n’est pas de nom qu’on ne puisse porter sur le chemin de l’honneur ; mais sachez que la bassesse et la lâcheté ont toujours fait d’un nom, même très haut placé, le synonyme de Polichinelle.
- L’insolence est un luxe qui peut coûter très cher, Monsieur. Elle me divertit beaucoup. Mais tout le monde n’est pas comme moi (rire), méfiez-vous !
 
" Le Capitan ", un film d'André Hunebelle (1960) avec Jean Marais, d’après le roman de Michel Zévaco . Réédition en DVD: René Chateau.


CONCINI (Concino), aventurier italien (Florence ? - + Paris 1617). Fils d'un notaire florentin et petit-fils de de ministres du grand-duc de Toscane, il réussit à se glisser dans la suite de Marie de Médicis quand elle vint épouser Henri IV. Son mariage avec Léonora Galigaï, fille de la nourrice de la reine, lui assura les bonnes grâces de cette dernière et, après la mort du roi, tous les profits du pouvoir. Il eut successivement le gouvernement d'Amiens, la lieutenance générale de la Picardie, puis celle de la Normandie. Maréchal d'Ancre, il fut nommé premier gentilhomme de la Chambre du roi et, en 1613, créé maréchal de France sans avoir jamais combattu. Pendant trois ans, il fut réellement Premier ministre du royaume. En 1616, il évaluait sa fortune à 7 millions. Par le traité de Loudun (1616), dû à l'habileté de sa femme, il désarma momentanément ses ennemis, Condé et les grands seigneurs. Mais il restait impopulaire du fait de son origine étrangère, de son élévation trop rapide et, surtout, de son avidité notoire. L'influence prise sur Louis XIII par Charles d'Albert de Luynes lui fut fatale. Le jeune roi ordonna son arrestation. Vitry, capitaine des gardes du roi, chargé de l'arrestation, lui fracassa la tête d'un coup de pistolet (Grand Larousse encyclopédique, Paris, 1960).

GALIGAI (Eleanora Dori, dite), femme de Concini, maréchal d'Ancre (Florence v. 1576-Paris 1617). Sans doute fille naturelle d'un gentilhomme florentin, compagne d'enfance de Marie de Médicis, elle la suivit en France lorsque Marie y vint épouser Henri IV; elle épousa Concini (1601) et fut nommée dame d'atours de la reine (1602). Elle était hystérique et avait un pouvoir incroyable sur Marie de Médicis. Après la mort de son mari, elle fut arrêtée, poursuivie pour lèse-majesté et sorcellerie, et décapitée (Grand Larousse encyclopédique, Paris, 1960).

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